Competencias para el trabajo y la vida
Las nuevas tecnologías sin duda alguna representan una contribución considerable en lo que respecta a la preservación de los recursos naturales. Con el paso del tiempo el ser humano ha desarrollado un nivel de conocimientos sin precedentes, ellos tomados de la mano de una evolución de las necesidades de la sociedad. Esta evolución ha llevado consigo que se piense en nuevas estrategias para el aprendizaje con la finalidad de preparar cada día más a las juventudes para afrontar estos retos.
La construcción de un nuevo modelo educativo no ha sido un capricho, ha surgido en medio de la necesidad. La premura de que el estudiante desarrolle sus competencias de modo que logre una correlación entre lo colectivo en la sociedad y lo individual es la prioridad.
En esta corriente educativa se debe engranar lo psicológico, cognoscitivo y lo afectivo, buscando así un desarrollo integral del ser y no únicamente el aspecto técnico. El incentivo a la transformación del pensamiento en función del entorno implica un reto contra el modelo educativo convencional, en donde el acto educativo se centraba en la transmisión de información. El papel del docente necesita de una evolución integral, pasando de ser un individuo netamente transmisor y repetidor de conocimientos a un “gestionador de entornos educativos”. El papel del docente es fundamental, él es el artífice de que el pensamiento del estudiante supere las barreras que se ha impuesto por sí mismo y es el encargado de orientar el desarrollo de las competencias de cada individuo engranando los antiguos contenidos educativos con el empoderamiento de sus habilidades para la vida y el trabajo. Los contenidos contemplados en los currículos de educación convencional no son desechados, por el contrario, son optimizados en función de un aprendizaje de calidad en donde las competencias son alcanzadas promoviendo el potencial humano de los estudiantes. Una vez que se van concretando las etapas, el alumno se siente capaz de afrontar nuevos retos y perfeccionar los ya obtenidos previamente, por lo que su formación en cuanto actitudes, aptitudes y valores fortalecen su carácter y confianza.
En lo que respecta a este tema, la UNESCO invierte esfuerzos de manera activa y considerable. Resultan muy atractivas las iniciativas que maneja esta organización al respecto, reflejando en sus estudios el alcance que ha tenido la implementación de esta modalidad educativa.