La objetividad en la evaluación de los aprendizajes
Para el docente, la evaluación es una herramienta fundamental que le ayuda medir las metas que se ha propuesto en su plan educativo, sin embargo en ocasiones esta no resulta ser tan objetiva y tan fácil de llevar.
Los sistemas educativos por lo general, necesitan de un número, letra o símbolo que identifique el nivel de conocimientos que ha alcanzado el estudiante, utilizando para ello una buena cantidad de instrumentos de medición y recursos evaluativos que contribuyen en su determinación, sin embargo, no siempre las evaluaciones son lineales y estructuradas, ya que pueden existir muchos elementos en el entorno que en un momento dado influencian positiva o negativamente el rendimiento del estudiante al momento de la evaluación y por lo tanto no reflejan con exactitud el conocimiento del estudiante. De allí la importancia que éste tema tiene o, por lo menos, debería tener dentro del complejo engranaje de la educación.
Cada docente implementa para sí procedimientos que le lleven a obtener un proceso de evaluación más “justo” con sus estudiantes, pero eso no es tarea fácil. Los retos evaluativos están a la orden del día y representan un desafío al parecer muy duro de vencer.