El aprendizaje por la acción

Actualmente, los maestros se encuentran en la búsqueda constante de lograr un aprendizaje significativo en sus estudiantes. La batalla actual es contra elementos que tienen secuestrado la mayor parte del tiempo de la juventud: la tecnología.

Aunque la tecnología puede ser utilizada como una gran aliada en el proceso de enseñanza, ella trae consigo muchos elementos que están representando arduos desafíos en las aulas de clase, el más fuerte es el Smartphone.

El móvil inteligente se ha convertido en estos últimos tiempos en el accesorio imprescindible para jóvenes y adultos. En las aulas de clase la batalla por la atención entre el docente y el móvil es campal, y el vencedor en la mayoría de los casos resulta ser el dispositivo de comunicación.

El profesor se enfrenta de esta manera a una competencia en principio desleal, y en la que debe utilizar las mejores estrategias para salir airoso. Cuando el educador logra captar la atención y el interés del estudiantado en un tema específico debe saber explotarlo y extenderlo utilizando las mejores estrategias.

Está comprobado que el aprendizaje a través de la acción tiene una tasa de éxito superior por mucho al aprendizaje que se limita a la transmisión verbal de instrucciones. Los grandes pensadores ya manejaban este tipo de modelo educativo como su preferido. Bien reza una frase célebre de Confucio: “Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí”.

La definición del aprendizaje por la acción ofrecida por Dr. Hans-Juergen Lindemann reza: “Es aquel que se caracteriza justamente por motivar intrínsecamente y por promover la autoestima de los alumnos en la resolución de la tarea”. Es decir, es la motivación que siente el estudiante por su autoaprendizaje cuando encuentra que es capaz de resolver una tarea por sí mismo. No se limita al aula de clases en donde el grupo toma nota de cada palabra que dice el profesor, luego la memorizan en la casa y cierto tiempo después se la repiten de vuelta al docente. Continuando de esa manera, cualquier elemento distractor poco interesante, será lo suficientemente más atractivo que el tema que se está desarrollando en clase.

La Organización Mundial Scout, tiene más de 100 años educando de manera no formal a sus integrantes utilizando un método denominado: “El Método Scout”, y uno de sus componentes no es más que el “Aprender Haciendo”, o lo que es lo mismo, “El Aprendizaje por la acción”. Este método de enseñanza ha sido la clave para que jóvenes integren este movimiento de manera voluntaria por más de un siglo, sin importar que la tecnología invada sus hogares. Esta es una de las muchas pruebas de éxito de que utilizar el Aprendizaje por la acción es garantía de éxito educativo.

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